Varias veces me han preguntado: ¿Por qué el Vaticano no vende sus tesoros y dona el dinero a los pobres?

Pero ¿En que consisten los tesoros del Vaticano?

¿Dinero? ¿Barras de Oro? ¿Joyas? No. Los tesoros del Vaticano lo representan sus obras de arte. Ahí los artistas han querido adornar con lo mejor de sus manos la sede de la Iglesia de Cristo. Si los artistas quisieron hacer sus mejores obras para halagar al Dios bueno ¿Por qué deshacerse de ellas?

Hay otras maneras de buscar dinero para los pobres y la Iglesia lo hace: depende de sus feligreses. Ellos son, los que con sus colaboraciones, mantienen en pié las Iglesias del mundo.

Pensemos en esto: El Vaticano es el país más pequeño del mundo, apenas mide 44 hectáreas. ¿Tiene recursos naturales? No. ¿Acaso hay alguna mina en su territorio? No. ¿Tiene ganadería? No. ¿Y que tal su agricultura? No tiene. ¿Qué industrias tiene el Vaticano? Ninguna. ¿Qué exporta el vaticano? Nada. El Vaticano obtiene sus ingresos de sus feligreses y de los turistas que van a apreciar esas hermosas obras.

Esas pinturas y esculturas que tanto agradan a los amantes del arte son las que aportan un grano de arena para el mantenimiento del Vaticano. El Vaticano cobra una pequeña cantidad para que los turistas admiren esas obras. Están mejor resguardadas ahí que en cualquier otro museo del mundo.

¿En vez de preguntarte porque el Vaticano no vende sus tesoros artísticos no haces algo tú por los pobres? ¿Haz regalado algo a los pobres? ¿Haz siquiera orado por ellos?

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